José Vela Zanetti nació en Milagros (Burgos) en 1913 y a los pocos meses se trasladó a León, donde su padre iba a cursar estudios de Veterinaria. Sus inquietudes hacia la pintura se manifiestan enseguida y pronto se fascinó por la pintura mural, de la mano de Manuel Bartolomé Cossío, amigo de su padre, y de la contemplación del Panteón de los Reyes de la Basílica de San Isidoro. Es la época de las primeras exposiciones en León y su viaje a Italia, donde en Florencia confirma su vocación de muralista.
Sus inquietudes políticas y sus afinidades republicanas le obligan a tomar el camino del exilio, tras el asesinato de su padre en 1936 en León. Asentado en la República Dominicana, en 1952 comienza la realización del mural de la Organización para las Naciones Unidas en Nueva York. Una copia de este mural puede contemplarse actualmente en la sede de la Fundación Vela Zanetti, de León.
Desde 1957 reside en México y en 1960 regresa a España. En su segunda etapa leonesa concluye, en 1965, los espléndidos murales de la Escuela de Formación Profesional Virgen del Buen suceso, de La Robla, propiedad de Sociedad Anónima Hullera Vasco-Leonesa.
Vela Zanetti convivió durante un año en La Robla con la comunidad salesiana que entonces dirigía la Escuela de Formación Profesional, compartiendo tiempo y charla con alumnos, profesores, obreros y mineros. Este encargo siempre representó para él uno de los más importantes de su vida; en el que pudo trabajar con más libertad.
En La Robla trabajó, como le gustaba decir, “como un artista del Renacimiento”; y, en palabras de los expertos en su obra, “no hay tanto Vela concentrado en ningún sitio de España”. Su trabajo en La Robla es un proyecto pedagógico y social que camina paralelo al ideario de los propios salesianos; y está pensado especialmente para los alumnos, como protagonistas de la institución educativa. En la Escuela de Formación Profesional, Vela pintó murales en los que plasmaba su concepción figurativa de la actividad minera y del esfuerzo épico del minero como hombre. Asimismo, experimentó con éxito sobre material cerámico y, con breves mensajes, y se atrevió con la cerrajería y el labrado. El Mural de la Mina, en el salón de actos de la Escuela; el Mural de Don Bosco, al exterior de los talleres; el Mural de María Auxiliadora y las puertas de entrada, en la capilla de la Escuela; el Mural de San Martín, en la torre de la capilla; las cerámicas rupestres y las cerámicas religiosas, en los salones del centro educativo, constituyen, sin lugar a dudas, |  |
todo un muestrario de un artista excepcional, para el disfrute de quienes hoy deseen admirarlo.
Vela Zanetti falleció en su casa de Milagros, en Burgos, en los primeros días de enero de 1998.